1- Nuestras emociones nos enseñan a expandirnos. No siempre crecer se siente bien…A veces duele. Y está bien.
2- El miedo, la ira, la culpa o el dolor no llegan para destruirnos, sino para despertarnos.
3- El miedo nos enseña a confiar y a avanzar, incluso cuando todo tiembla.
4- La ira nos muestra dónde necesitamos poner límites y reclamar nuestro poder.
5- La culpa nos recuerda que estamos aprendiendo, que el error también es evolución.
6- Las heridas emocionales nos invitan a mirar nuestro pasado con ternura y sanar desde el amor.
7- La sensación de no ser suficiente nos pide que volvamos a nosotros, a nuestro valor, a nuestra esencia.
8- Cada emoción difícil es una puerta. Cuando elegimos sentir, en lugar de huir, nuestra alma se expande.
9- Nuestra zona de confort crece cuando nos atrevemos a abrazar todo lo que somos— luz y sombra.
Nuestras emociones no son el problema. Son el camino. 
Rossana Trujillo



Me encantó: “Nuestras emociones no son el problema. Son el camino” Gracias Rossana