Nosotros lo sabemos: la vida no siempre es fácil. Cada uno tiene sus batallas, sus días buenos y sus días que mejor ni hablar. Pero también sabemos algo más: cuando mantenemos una actitud mental positiva, todo se vuelve más ligero.
La actitud positiva no es sonreír por obligación ni decir “todo está bien” cuando no lo está. Es algo más auténtico. Es decidir que, aunque las cosas se pongan difíciles, no vamos a dejar que la negatividad nos quite la paz.
Es elegir ver la oportunidad en medio del lío.
Es levantarnos, respirar hondo y decir: “Vale, esto es lo que hay… ¿qué puedo hacer hoy para sentirme un poquito mejor?” “¿Y para hacer sentir bien al otro?”
Y lo bonito es que cuando se elige esa energía, se contagia.
Una palabra, un mensaje, una risa… y, de repente, volvemos a vibrar más alto. “Ley de Dar y Recibir.”
La actitud mental positiva no solo te levanta a ti:
Nos levanta a todos.
Así que hoy, aunque sea un día normal, elijamos mirar con un poco más de calma, un poco más de gratitud y un poco más de fe.
Que al final, siempre encontramos la manera de hacer que la vida se sienta más suave.
Practicar la Ley del mínimo esfuerzo también nos ayudará a vivir la vida aceptando las cosas como son en este momento, con responsabilidad, sin culpar a nadie por mi situación y sin tratar de convencer a nadie para que acepten mi punto de vista.
“No me importa lo que pase. Me importa como respondo”
Rossana Trujillo


